Los niños aprenden a ser autónomos en las actividades diarias que desarrollan en casa, en el jardín y en el parque. Ellos desean crecer y demostrar que son capaces de cumplir el objetivo propuesto.

Por ello, los papás deben permitir que el niño se arriesgue y demuestre todas sus capacidades, que tome la iniciativa de experimentar tareas seguras y de poderlas realizar. Además, deben permitir que los niños se equivoquen; dejarlos comer solos, que intenten superar varios obstáculos y que luchen hasta conseguir la meta deseada.

Para facilitar la autonomía en los niños es importante que los padres les creen rutinas desde temprana edad, porque estas permiten que los menores organicen sus tiempos y que anticipen lo que llega. Cuando las reglas cambian, los pequeños adquieren comportamientos inadecuados que generan indisciplina, la cual se verá reflejada en un futuro.

También deben animar a sus hijos y reforzarles las habilidades que tienen para ciertas actividades como recoger, guardar, quitar, abrochar, ir al baño, comer solos, entre otras.

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